Durante tres días, Aguachica se convirtió en el epicentro de un acontecimiento cultural sin precedentes: el Festival Corales de Paz, Voces de Esperanza, un encuentro nacional organizado por la Corporación Artística y Cultural Consonarte, con el respaldo del Gobierno del Cesar, a través de la Secretaría de Cultura y Turismo.
Este evento, que reunió a 10 agrupaciones corales provenientes de distintas regiones del país, permitió que el sur del Cesar viviera un espectáculo artístico de primer nivel, y abrió un camino para la consolidación de la música coral como parte esencial del patrimonio cultural del departamento.
Con el encuentro, se preservan las raíces de la tradición oral, al ser una manifestación artística que trasciende lo estético para convertirse en herramienta de transformación, capaz de sanar heridas colectivas, fortalecer la memoria y proyectar la riqueza cultural de nuestro territorio.
Desde el Gobierno del Cesar, Manuel Rangel, secretario de Cultura y Turismo del Departamental, celebró que Aguachica se consolidara como escenario de este tipo de iniciativas. “Para nosotros es un motivo de orgullo que la segunda ciudad del departamento empiece a construir estos eventos que enaltecen la ciudad y la ponen en el radar de muchos. Aguachica hoy marca un hito en el ámbito cultural y se convierte en una ciudad de grandes eventos, donde la cultura se impone como ese elemento capaz de integrarnos”, destacó.
Esta propuesta lo convierte en un evento único, en palabras de Andrés Felipe Gutiérrez, director general del Festival. “Es una ventana cultural en la cual se une la música folclórica con la música coral. A través de ella podemos rescatar nuestros cantos de tradición oral y llevarlos a un formato en el que las voces son protagonistas de nuestra cultura”.
Un festival folclórico coral único en su tipo
El Festival Corales de Paz es la primera experiencia de carácter folclórico coral realizada en el Cesar, un espacio no competitivo que buscó rescatar los cantos de tradición oral colombiana y proyectarlos en formato coral.
Mónica Pérez Valderrama, directora del Laboratorio Vocal Voces y Movimientos de Medellín, destacó el valor humano de este arte. "El canto coral, que es el que nos convoca hoy, enseña muchas cosas más que música. Uno aprende a cantar, a respirar, pero sobre todo aprende a escuchar al otro", dijo.
Más allá de lo musical, el festival tiene un profundo compromiso social: contribuir a la reconstrucción del tejido social en Aguachica y en el departamento del Cesar, territorios históricamente asediados por la violencia. A través del canto coral, los organizadores y participantes sembraron un mensaje de reconciliación, memoria y paz.
El festival inició con una franja educativa en el Instituto Francisco José de Caldas, donde los estudiantes del plantel educativo participaron del taller ‘Cuerpo, Voz y Movimiento’. En esa misma jornada se celebró un recital con el Coro Juvenil Consonarte y el Coro Institucional Carmelitano Intonato de Aguachica.
La velada oficial de apertura tuvo lugar en la Cámara de Comercio de Aguachica y contó con la participación de coros de Bucaramanga, Medellín, Lebrija, Aguachica y Gamarra. El escenario vibró con presentaciones del Laboratorio Vocal Voces y Movimientos (Medellín), el Coro Juvenil La Cuerda (Bucaramanga), el Coro Juvenil de la Escuela Municipal de Artes de Lebrija, el Coro Juvenil Consonarte, el Coro Institucional Carmelitano Intonato, el Coro Juvenil Imdrec y un cierre musical de la agrupación El Chandé de Gamarra, que dejó en alto el talento del sur del Cesar.
El encuentro culminó el domingo 21 con un concierto de clausura en el parque San Roque de Aguachica, donde una gran masa coral interpretó piezas en un espectáculo al aire libre que emocionó al público.
El cierre estuvo a cargo de la agrupación Llamaró, de Bucaramanga, que fusionó raíces afrocolombianas con música y danza, en una velada cultural que superó las tres horas y que quedará en la memoria de la ciudad.
El Festival Corales de Paz demostró que la música coral también hace parte de nuestra identidad cultural y que, desde escenarios como este, se pueden construir espacios que sanan, integran y transforman.
Con este primer encuentro folclórico coral, Aguachica y el Cesar confirman que la cultura es una herramienta poderosa para reconciliarnos con nuestra historia y proyectarnos hacia el futuro. Una experiencia única que reafirma que en el Cesar la música enamora y la cultura transforma.












